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Magdalena Chacón
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MAGDALENA CHACÓN
FOTÓGRAFA
Sobre la fotografía
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Sobre la fotografía

Magdalena Chacón

Si la fotografía se escribe a sí misma a través de la luz, no hay nada que pueda decir acerca de ella. Es en la propia imagen donde se encuentran las palabras no dichas, donde aparecen las preguntas y quizás alguna respuesta.

Decimos que la fotografía es una manera de detener el tiempo, de atraparlo. Usamos palabras como disparar y capturar, pero en este acto obsesivo del registro, no se detiene el tiempo, no se le mata, más bien se le engaña. Hay un misterio ineludible que funda la fotografía, una mentira que elegimos creer para transformar en verdad. Nos dejamos fascinar y como un vicio, nos seducimos unos a otros con el poder de una farsa.

La paradoja ocurre cuando podemos ver que la fotografía no sólo vive gracias al tiempo, sino que es el tiempo en una de sus manifestaciones. El tiempo entonces nos permite engañarlo, nos ayuda a engañarlo y sabe, mejor que nosotros, acerca de nuestra repetición sin pausa.

Debemos poder mirar hacia el interior de una imagen, debemos poder atravesarla. Debemos poder ver lo que ha quedado fuera de ella, fuera del tiempo que parece estar mostrándonos. La fotografía es el acto breve de lo infinito, disparamos y capturamos, como en una pequeña batalla contra el olvido.

Magdalena Chacón

Proyecto

RETRATOS

Es la mejor edad para comenzar, responde Poirot a Magdalena Chacón, en su living, en su casa.
Este tipo de frases se cuela en los disparos de la fotógrafa. El comienzo de algo. El prólogo. La artista vuelve de una casa, un bar íntimo, donde se juega de la conversación a la confesión. Se busca confesar con la luz, como si iluminar significara literalmente iluminar la herida- mas, no hay desinfección, se persigue la suciedad y la realidad por sobre lo clínico, lo triste por sobre lo emotivo-en blanco y negro.
La fotógrafa en estas sesiones, que casi es un libro, nos presenta, aparte de retratos ausentes de color, un diario de vida de cómo trabajar una obsesión, de cómo disparar luego de los 40 años, con melancolía y mucha referencia íntima. Hay ambición en estas sesiones, el número de fotografiados es excesivo, mas, no se juega a lo épico, lo íntimo vence al número. Las sesiones tienen una estructura prologar, se ingresa en la casa del artista y se le fotografía-hay un cuidado precioso en esta búsqueda-. La artista ingresa diciendo te voy a disparar en tu living, en tu habitación, en tu baño- tratando de capturar a un ciervo sin herirle-con luz.

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